Celiaquía, sensibilidad y alergia al gluten, ¿conoces las diferencias?
Mucha gente no sabe diferenciar estos términos, incluso a veces se llegan a emplear mal, muy mal.
Por eso queremos explicar brevemente qué es cada uno de ellos, ya que aunque están relacionados entre sí, son muy diferentes. Su principal nexo de conexión es la ingesta de gluten.

Guía para diferenciar celiaquía, sensibilidad y alergia al gluten

Enfermedad celiaca

La enfermedad celiaca no es una alergia, una intolerancia ni un virus. Es una enfermedad autoinmune  que provoca daños en el intestino delgado por la ingesta de gluten. Se trata de una enfermedad que afecta a personas con unas características genéticas concretas.  No obstante, no significa que vayas a desarrollar la enfermedad, ya que a pesar de que  esta predisposición se da en el 30% de las personas, sólo aproximadamente un 1 % de la población es celiaca.
El sistema  inmunitario, encargado de defendernos de agresiones externas, se daña a sí mismo atacando por error a las células sanas.

Las vellosidades del intestino delgado quedan deterioradas por las proteínas del gluten, impidiendo la absorción  de los nutrientes de los alimentos que comemos. Además, el sistema inmunitario se desestabiliza pudiendo desarrollar otras enfermedades asociadas.
Por eso es tan importante que si tienes algún síntoma como diarrea persistente, falta de apetito, cambios repentinos de humor, distensión abdominal, cefaleas o apatía, acudas a tu médico para que determine si eres celiaco y comiences tu tratamiento, que no es otro que una dieta sin gluten.
Y por cierto, no existen grados de celiaquía, si no tipos de celiaquía.

¡Pero tranquilo! Comer sin gluten no es sinónimo de una dieta aburrida o insípida. ¡Al contrario! Hay muchos alimentos que no contienen gluten y los que lo tienen pueden sustituirse por otros que sí puedes comer tranquilamente y que también están riquísimos.

Te dejamos unas cuantas recetas sin gluten aptas para celiacos para que veas que comer sin gluten es sano, divertido y muy variado.

Como se explica en el spot del Día Nacional de la Celiaquía realizado por la agencia de comunicación audiovisual Transvision para FACE, los principales síntomas de esta enfermedad pueden ser digestivos o no digestivos. Náuseas, diarreas, pérdidas de peso, anemia, infertilidad, aborto, diabetes tipo 2 o linfoma entre muchas otras. Aunque pueden no darse ninguno de estos.
Lo que sí se produce siempre es el daño en la mucosa intestinal y una atrofia en sus vellosidades, que son las encargadas de absorber bien los nutrientes y produce úlceras e inflamación en el intestino.

Sensibilidad al gluten no celiaca

Se trata de una patología de reciente descubrimiento (en la década de los 80) causada por la ingesta de gluten que sufren personas a las que se les ha descartado padecer la enfermedad celiaca y/o alergia al trigo, y que podrían sufrir entre un 5 y un 10 por ciento de la población.

A pesar de que, de momento, se desconoce si es el trigo, otras proteínas o los hidratos de carbono los que desencadenan la sintomatología, sólo se puede hablar de sensibilidad al gluten si la salud de la persona mejora al eliminar el gluten de su alimentación o empeora cuando vuelve a consumirlo.

Según Face, «desde el punto de vista clínico, los afectados por esta nueva patología experimentan síntomas gastrointestinales como diarrea, dolor o hinchazón abdominal, aunque también predominan las manifestaciones extradigestivas como cansancio, dificultad para concentrarse y dolores musculares o articulares»

Sólo se puede hablar de sensibilidad al gluten si la salud de la persona mejora al eliminar el gluten de su alimentación o empeora cuando vuelve a consumirlo

Diagnosticar que seas celiaco es complicado, pero hacerlo con la sensibilidad al gluten no celiaca lo es menos,  ya que los síntomas más evidentes no tienen que ver con el sistema digestivo (normalmente son dolores, fatiga o cambios bruscos de comportamiento).
Además, al dar negativo en las pruebas es complicado diagnosticarla.
Como aseguran desde FACE, «los anticuerpos antitransglutaminasa tisular son negativos y la mucosa intestinal muestra, en algunos casos, lesiones del tipo Marsh 1, aunque pueden no presentar ningún tipo de lesión. Desde el punto de vista genético, sólo el 50% de los afectados presentan las proteínas de riesgo de enfermedad celíaca HLA-DQ2 ó HLA-DQ8.»
Como decimos, el diagnóstico de la sensibilidad al gluten no celiaca se confirma, si una vez descartada la enfermedad celiaca y la alergia al trigo, se observa una mejoría al hacer dieta sin gluten y viceversa.

Alergia al gluten

La alergia al gluten afecta a una proporción muy baja de la población y puede desarrollarse a cualquier edad: desde el lactante hasta el adulto. Se produce por una respuesta inmunológica de hipersensibilidad inmediata como ocurre con las alergias.

A diferencia de la enfermedad celíaca, el sistema inmune de los alérgicos al gluten produce anticuerpos y, por tanto, síntomas, ante esta sustancia nada más entrar en su organismo sin necesidad de que llegue al intestino con cuadros muy diversos y generalmente de inicios duros y a los poco minutos de su ingesta: desde un sarpullido en la boca hasta un choque anafiláctico pudiendo desencadenar una situación clínica grave de forma rápida.

Síntomas de la alergia al gluten: vómitos, dolor abdominal, diarrea, sangrado digestivo, asma, tos, laringitis, rinitis, conjuntivitis, urticaria, edema o inflamación, dermatitis atópica, reacciones de anafilaxia…

Ante cualquier sospecha os recordamos que siempre debéis acudir a un especialista para hacer las pruebas, de las que os hablamos aquí.

¡Hasta la próxima, Glotones!

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