SÁNDWICH DE HUEVO SIN GLUTEN ¡LA ALTERNATIVA PARA HACERTE UN BUEN SANDWICH!
Te traemos una riquísima y original receta de sándwich de huevo sin gluten.
El británico John Montagu, IV conde de Sandwich, fue el inventor de esta homónima comida. Montagu jugaba a las cartas sin descanso. El conde, para poder seguir jugando y comiendo a la vez, colocaba los alimentos entre dos rebanadas de pan. La técnica se extendió y en poco tiempo pasó a denominarse sándwich.
Sin embargo, con esta receta de sándwich de huevo sin gluten cambiamos un poco la versión de la historia, puesto que en vez de utilizar dos rebanadas de pan, vamos a usar dos huevos como tapa. En su interior colocaremos queso cheddar, beicon sin gluten y trozos de tomate. Así tendremos un delicioso sándwich totalmente libre de gluten y apto para personas celiacas.
Ingredientes
2 huevos
1 tomate
2 tiras de bacon sin gluten
Agua
60 g. de queso cheddar sin gluten
Sal
Pimienta negra molida sin gluten
Tiempo
Total 30M
Utensilios
Molde redondo
Tapa de sartén
Paso 1
Para hacer nuestro sándwich de huevo sin gluten, colocamos un molde en una sartén para darle forma. Nosotros hemos optado por hacerlo redondeado, ¡aunque sería muy divertido con forma de nube o corazón! recordad echar aceite para que no se pegue. 🙂
Paso 2
Rompemos el huevo dentro del molde con ayuda de un tenedor. No lo muevas demasiado, ¡porque entonces se convertirá en una tortilla!
Paso 3
Echamos sal y pimienta negra sin gluten al gusto.
Paso 4
Echamos un poco de agua fuera del molde, hasta que cubra la base de la sartén, tapamos y esperamos 3 minutos. Es como un baño María, pero para hacer un sándwich de huevo sin gluten.
Paso 5
¡Tapa el huevo para que se haga bien! Por cierto, necesitamos una tapa para nuestro sándwich de huevo sin gluten, ¿no? ¡Pues con el otro huevo hacemos lo mismo!
Paso 6
Añadimos 60 g. de queso cheddar sin gluten y dejamos que se derrita un poco. Lo sacamos del molde.
Paso 7
Añadimos 2 tiras de bacon sin gluten en trozitos y tomate en dados y tapamos con el otro huevo.
Paso 8
¡Y listo!
¿Sabías qué?
Metiendo un huevo en un vaso de agua sabremos si el huevo se puede comer o no. ¡Si se hunde, puedes comértelo! Si no, tíralo a la basura. 😉
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